Vacaciones. Unos labios rojos, inmensos ojos, negros, un olor a sal y un libro con butaca de tren. Un París de rayuelas, de cronopios y de famas, una Maga bailando, casi a escondidas, con Octavia de Cádiz, y todos los personajes de tantas novelas.
Vacaciones. Es música. Una guitarra, una brisa y una conversación. Es un paseo eterno por calles, ramblas y jardines. Sobre todo, jardines. Es un vestido suave, blanco, y un vino delicado. Un estirarse sin esperar nada a cambio. Una bicicleta que recorre nuevos rincones. Un verso sin forzar, una metáfora espontánea. Un acento. Una mueca de nacimiento.
Vacaciones. Otros rostros, una mochila, una noche larga, de voces, de luna, del reflejo de un agua calmada. Una fotografía. Un edificio. Una Moleskine y un bolígrafo de punta fina. Unos cómodos zapatos. Piel. Verano es piel.
Nos vemos el 15 de agosto.