¿Recuerdan el final de la adolescencia? ¿Ese momento en el que uno también debe morir para encontrarse? ¿Ese umbral con vistas a un mundo adulto que ya decepciona? ¿Esa sensación de dejar atrás algo no resuelto –la infancia, la pureza, la autenticidad-? Yo la tenía olvidada y la recuperé al leer La puerta, de Albert Lladó (A Fortiori Editorial, Colección Ciudades Literarias).
La puerta funciona como un libro de apuntes –de luces y ausencias- desde el presente al pasado, un presente inestable a un pasado que se escapa, que ya solo aparece muy fragmentario y disruptivo. Una cena, un altercado, una noche, un viaje en tren. No es una historia lineal, ¿acaso lo es la vida cuando ya es recuerdo? Es un libro sobre la autoridad, la libertad, el conocimiento y el paso de la adolescencia al mundo adulto. Un mundo que se presenta imperfecto y por eso se cubre de muerte, máscaras y alcohol. “Saxo, sexo, trompetas y batería”, suelta el narrador.
En él hay amor, pasión, engaño, jazz y vómito. También belleza salvadora, y conocimiento, ese gran asidero. Pero no el académico: “¿La Universidad? –piensa el personaje central de la novela- Un absoluto y radical aburrimiento, sí. Un lugar marginal, cerca del F. C. Barcelona, un sitio estúpido, una especie de infierno dantesco donde danzaban, condenados, los travestidos que se prostituían justo delante de las puertas de las aulas. Todo son puertas, fronteras. Los alumnos, aglomerados en barracones, intentábamos sortear los condones usados a la salida de clase”.
La gran protagonista de La puerta es Barcelona, que el narrador pasea y acopla a su vida: “Ya soy uno de ellos, Barcelona es parte de mi cuerpo. Un brazo, un menisco. Una pierna”. Una ciudad a la que, a ojos de Albert Lladó, sus gestores se han empeñado en vaciar de su esencia canallesca, creadora y creativa, para vender a un turismo de masas y marcas. Hay algo de ajuste de cuentas en este texto. Este libro dice lo que los otros callan, y para ello se sirve de la audacia del aforismo y del recuento velado del paso de la vida por la ciudad.
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