Para hablar de Benjamin es necesario hablar de los diferentes Benjamin. Su filosofía quiere escapar, siempre, de lo sistemático y unitario. Por ello, nos encontramos ante un autor que despliega el total de su obra de una forma fragmentaria y poco usual. Además, podemos clasificar, de alguna forma, a Benjamin en tres etapas, algunas de ellas contradictorias entre sí.
En primer lugar, nos encontramos ante la etapa teológica en la que el autor alemán intenta corregir la tradición estética reivindicando la crítica romántica, la alegoría barroca y la obra anti-mítica del último Goethe. Sin embargo, el Benjamin de la segunda etapa, un Benjamin que está descubriendo las vanguardias (Dadá, surrealismo, fotografía, cine ruso,…), y de un compromiso político radical, cuestiona la autonomía estética y esboza una especie de “teoría de la modernidad”. Por último, podemos observar la etapa en que, a través de un fundamento teológico, intenta restaurar la autonomía estética y persigue la conservación del elemento tradicional de las obras de arte…
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